Días después de la ejecución del sacerdote, Arpa Kusuwi, sumamente deprimida por la muerte de su amor, se quitó la vida. Túpac Yupanqui, lamentándose de la muerte de su esposa y convencido que fue por causa de la maldición proferida por el sacerdote, la sepultó en los subterráneos del Templo del Sol para que el dios Sol la proteja, porque no quería que la maldición del sacerdote, así como se llevó su cuerpo, se llevara su alma. Nunca el Santuario de Pachacamac tuvo una ceremonia tan fastuosa como fue el entierro de Arpa Kusuwi, digno de la esposa del Inca. La ceremonia se realizó respetando el protocolo que la cultura tiene reservado para tal acontecimiento. Toda la indumentaria con que se vistió a Arpa Kusuwi fue confeccionada y traída del Cusco exclusivamente para la ocasión. Inclusive, Túpac Yupanqui, quiso que entre toda esa vestimenta también se incluya el “collar ceremonial”, el cual él mismo había mandado confeccionar a los más destacados y expertos orfebres de la capital del imperio. Íntegramente compuesto de oro y adornado con finas incrustaciones de diamantes de un tamaño inimaginable traídos del oriente por el mismo príncipe inca. Esta pieza no tiene similar, para su elaboración se utilizó más de 800 gr. de oro de la mayor pureza imaginable. Posee incrustaciones de crisocola, ónix y spondylus traídos del golfo de Guayaquil en una disposición tan exacta que hasta se dice que funciona como un dispositivo de acceso a las galerías y depósitos que guarda todas las riquezas del imperio incaico reunidas hasta ese momento. Como no hay testimonios contundentes de su existencia, al collar de Arpa Kusuwi, también se le conoce como la joya jamás vista. Pero es indudable que está considerada, si no la mejor, como una de las mejores cotizadas en la actualidad. Es singular la contradicción porque, como aún sigue siendo un mito, también se le considera como la joya más hermosa. La historia entre Arpa Kusuwi y el sacerdote no terminó así, muchos años después, cuando el imperio estuvo gobernado por Huayna Capac, hijo de Túpac Yupanqui. El dios Pachacamac le devolvió la vida a su sacerdote para que éste vaya en busca de Arpa Kusuwi. El sacerdote se internó en el Templo del Sol sin que sea advertido por los guardias, en el preciso momento en que ya había profanado la tumba de Arpa Kusuwi y estaba a punto de llevársela, el dios Sol lo convirtió en piedra. Mortificado por este improperio Huayna Capac decidió cambiar la ubicación de la tumba de la princesa. Algunos dicen que la llevó al Cusco. Otros lo niegan pero afirman que la tumba salió del Santuario. Una tercera opinión dice que la llevaron a los niveles más profundos de los subterráneos del Templo del Sol a un lugar de difícil y peligroso acceso. Los encargados de la tarea lo hicieron con absoluta discreción. En la actualidad, muchos lugareños, habitantes del valle han visto a una mujer, con un vestido blanco, que merodea por los alrededores. Ellos dicen que es el espíritu de Arpa Kusuwi que aún sigue buscando al sacerdote.
La leyenda de Arpa Kusuwi
Actualizado: 23 ene 2023
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